top of page

El "milagroso" Kale sospechoso de causar enfermedades crónicas.

Seguro que has escuchado hablar del milagroso Kale, que lo mismo te cura el cáncer, que te eleva directamente a la quinta dimensión, pero la realidad es que es una planta tan tóxica, que los rumiantes no la quieren.




Es malo para los animales, pero ¿y para los humanos?


Pues el biólogo molecular Ernie Hubbard ha encontrado lo que podrían ser niveles peligrosos de metales pesados ​​en plantas como el kale. Ernie estudia a un grupo muy selecto de pacientes y clientes: “fanáticos de la salud”, los llama, personas que comen extremadamente bien según los estándares actuales, hacen ejercicio regularmente, generalmente no fuman ni consumen drogas o beben en exceso. Sin embargo, estas son las personas que se presentan cada vez más en los consultorios médicos quejándose de problemas persistentes pero esquivos: fatiga crónica, problemas de piel y cabello, arritmias y otros trastornos neurológicos, pensamiento brumoso, sensibilidad al gluten y otros problemas digestivos y a veces, incluso la posibilidad de la enfermedad de Lyme.


Puso a 20 de estas personas bajo un régimen de desintoxicación con quelantes y empezó su estudio piloto con muestras de orina. Cuando comenzó a recopilar resultados en sus muestras, tomadas antes, durante y después de los regímenes, notó un patrón extraño: varias personas registraron altas concentraciones de talio y cesio, dos metales pesados ​​que generalmente no se encuentran en las analíticas.



Ernie Hubbard

A medida que avanzaban las pruebas, los regímenes de desintoxicación parecían ser efectivos, pero el talio seguía apareciendo. Luego, en julio de 2014, se topó con un estudio de 2006 de la República Checa que mostraba cómo la familia de vegetales "crucíferos" se comporta como "hiperacumuladores" de talio. Los crucíferos incluyen muchas de nuestras verduras verdes más intensas como el kale, el repollo, el brócoli, la coliflor, la mostaza y la col rizada. Estas son también las verduras que se promocionan y consumen con mayor frecuencia en estos días, supuestamente por sus enormes beneficios para la salud.

El miembro más popular de esta familia ha sido el kale, promovida por sus prodigiosos suministros de calcio, magnesio, potasio, vitamina K y diversos fitoquímicos y antioxidantes saludables. Incluso se ha descrito como "la reina de los verdes". La gente lo está exprimiendo, cocinando, comiendo ensaladas, incluso haciendo papas fritas.


Hubbard comenzó a jugar un pequeño juego. Cada vez que la clínica le enviaba a alguien con el tipo de problemas crónicos asociados con el talio o cualquier otra queja que fuera difícil de precisar, Hubbard garabateaba col rizada en una pequeña tarjeta de notas y la volteaba boca abajo sobre su escritorio. Después de un breve sondeo, le pedía al paciente que enumerara sus verduras favoritas. Una y otra vez, la gente mencionaba los crucíferos, especialmente el kale. Hubbard asentía, les decía que ya se lo imaginaba y luego les mostraba la tarjeta.


Uno de esos clientes fue Laura Fenamore, una vegetariana de 52 años, aparentemente saludable. Laura se ejercitaba vigorosamente durante dos horas todos los días, estaba en plena forma e incluso dirigía una consultoría de imagen corporal. De hecho, cuando se unió al grupo de estudio, no se sentía particularmente mal. Se inscribió principalmente porque Hubbard era su amigo y tenía curiosidad, sin embargo, admitía que a veces se sentía fatigada y con neblina mental. Pero había otro problema: siempre la habían admirado por tener un hermoso cabello y ahora estaba empezando a caersele por mechones. Su verdura favorita eran el kale y el repollo que comía casi todos los días.


Cuando analizaron sus muestras de orina ambos se sorprendieron. Sus niveles de talio estaban en 7 partes por millón (ppm), que es 7 veces la cantidad que se considera el límite de "umbral" de acuerdo con un informe de los CDC de 2009, la declaración más reciente de la agencia sobre exposiciones tóxicas.


Como referencia, los CDC ofrecen este dato: en uno de los casos de contaminación por talio más ampliamente estudiado en una planta de cemento en Alemania hace décadas, los residentes cercanos sufrieron "un ligero aumento de síntomas inespecíficos" cuando su orina mostró niveles de talio tan bajos como 0.02 ppm. El recuento de talio de Laura fue 35 veces mayor que eso. Y un dato más: los niveles de talio fueron 4.700 veces más altos que los encontrados en la mayoría de los estadounidenses, en los últimos estudios que hizo la agencia en 2012, cuando la moda del kale estaba en sus inicios.


¿Y en los animales?


Pues aquí puedes ver un artículo sobre la gran variedad de efectos adversos en las ovejas y corderos cuando se alimentan exclusivamente de kale durante un período prolongado por las cantidades variables de varias sustancias tóxicas importantes que también contiene.


En conclusión...

Comemos "más sanos" que nunca, muchas más frutas y verduras que antes y sin embargo, la aparición de enfermedades "raras" y sin tratamiento por ahora, no deja de aumentar. ¿No tendremos que empezar a plantearnos que esas verduras no resulten tan saludables como nos han dicho? Todos los seres vivos de este planeta cuentan con defensas contra su depredador y en el caso de las plantas que no pueden moverse de su sitio y escapar corriendo, desarrollan en su interior todo tipo de sustancias químicas que intentan al menos disuadir al animal. El profesor Wouter Van Hoven, descubrió que las acacias cuentan con un mecanismo de alarma para advertirse entre ellas de la llegada de herbívoros. Cuando los antílopes comienzan a morder las hojas, el árbol emite una señal al aire de etileno gaseoso a través de los poros de sus hojas. Esta señal puede alcanzar hasta los 45 metros avisando a otros árboles de la presencia de herbívoros. Cuando reciben la señal, las acacias empiezan a producir tanino en sus hojas en cantidades que pueden resultar letales para los antílopes. Descubrió el fenómeno hacia 1990 cuando estudiaba la muerte de casi 3.000 antílopes en Sudáfrica y se dió cuenta de que las jirafas evitaban las acacias cuando se acercaban a ellas en la dirección del viento y solo mordisqueaban levemente sus hojas, mientras que los antílopes se veían obligados a comer las hojas bajas de cualquier árbol al que pudieran encaramarse y esto hacía que las dosis de veneno fueran acumulándose hasta provocarles la muerte al cabo de pocos días.


Hay muchos otros ejemplos de defensa vegetal que puedes ver aquí. Y una vez sabido esto, decide por ti mismo si quieres seguir comiendo kale.



Fuentes:




Comments


El mochuelo

de Atenea

perfil.jpg

El conocimiento protege, la ignorancia expone.

© 2019 by Atenea

bottom of page